Arma letal 2

El territorio maldito de Getafe se lo cargó el Real Madrid a base de disparos. Dos salieron de las botas precisas de Higuaín, que sigue definiendo con una precisión extraordinaria, y los otros dos nacieron en las de Cristiano Ronaldo. Lo suyo no fueron disparos corrientes, salieron salvajemente de un bazooka que destrozó las redes de la portería de Óscar Ustari. Uno de fue de falta directa, el otro tuvo una preparación milimétrica. Rompió a Mario, se deslizó en el terreno de juego y acabó superando lo que se le puso por delante, las manos de Ustari. Fue el 0-4, el final de un examen que fue menos exigente de lo que se preveía.

El Real Madrid respondió con un ataque en toda regla. El Getafe recibió golpes por todos los lados. La avalancha madridista fue una realidad comandada por el general Alonso, impecable. El partido fue desde el primer minuto de Xabi, que se hizo con el balón y fue el principio del fin para el Getafe, a expensas de todo lo que pasó por la cabeza del '22' blanco. En torno a Xabi, sacaron nota Gago, mejor que nunca olvidándose de las cosas que no sabe hacer, y Granero, que entendió su papel en la derecha el día que regresaba al territorio en el que se ganó regresar al Madrid. Los de Pellegrini no dieron tregua al equipo de Míchel, que se encontró en un tiroteo y no supo responder.

Un ejército completo
Si Xabi fue el dueño y señor, Cristiano e Higuaín fueron los artilleros, el arma letal blanca. Ronaldo abrió el marcador en un golpe franco especialidad de la casa. El portugués suspiró, se preparó y puso el balón para nadie. De la bota derecha de Cristiano Ronaldo saltaron hasta chispas. El misil, descomunal, dejó huella en la portería azulona. El cuero entró por el palo de Ustari, pero eso dio igual. Ni ocho porteros hubiesen sacado el disparo mortal de CR9.

El Madrid no se quedó ahí. El Getafe se sintió irreconocible en su propia casa. Perdió el balón y corrió detrás de los jugadores blancos, que hicieron lo que quisieron cuando les apeteció. En una de esas, el Madrid se convirtió en un ladrón perfecto. Robó en el centro del campo y todo acabó con el balón en las redes. Gago asistió a Van der Vaart y el holandés se la cedió a Higuaín, que batió por bajo a su colega argentino.

Tres minutos después, El 'Pipita' volvió a sacar su fusil. La noticia no fue el gol de Higuaín, sino la aventura de Gago, que pensó como nunca y acometió un pase al hueco que no le correspondía. El delantero no perdonó. Regateó y marcó a puerta vacía. Higuaín se ha convertido en un especialista. Su pistola de precisión se asocia con el bazooka de Ronaldo, ejecutor del 0-4.

El segundo tanto de Cristiano fue una salvajada. Mario se mareó siguiendo con la mirada las bicicletas de Cristiano. Algo parecido le pasó a Ustari, que se encontró con un misil en sus narices. Fue gol, una barbaridad. Un minuto después, el balón estaba en la otra portería. Marcó Parejo y lo hizo después de robar la cartera de Iker Casillas. El gol tiene historia.

El 'sheriff'
El Getafe respondió muy tarde al descomunal ataque del Madrid. En esa jugada, Casillas despejó mal y se convirtió en defensa central. Salió del área y Parejo le quitó el balón. No fue falta y sí gol. Iker no lo entendió. Se dobló el tobillo en la entrada del de Coslada y se temió lo peor, no él, sino todo el madridismo, que se fue al descanso con un susto que no pasó a mayores.

La segunda mitad se disputó por obligaciones del guión. Manu y Celestini entraron en el descanso en detrimento de Parejo y Gavilán y el Getafe quiso hacer lo que tenía que haber hecho mucho antes. Manu reactivó la ilusión azulona por la izquierda, hasta que el Madrid volvió a tomar los mandos de la situación. Tocó y tocó el Madrid y el Getafe se rindió a la evidencia. Pedro León hizo el 2-4 a diez del final, pero ya daba igual, menos para Mosquera, que pudo debutar con el primer equipo. El Madrid era el 'sheriff' del Oeste.

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