España es otro rollo con Iniesta
Con Iniesta en el terreno de juego todo es más fácil. No valen los malos rollos, se esfuman los fallos colectivos y el balón pasa de un jugador a otro envuelto en la magia que desprenden las botas del manchego. El culé sigue siendo clave con la Selección y en esa ocasión, su hazaña fue la de remontar un partido en el que La Roja estaba perdida. Un gol, una asistencia y una dirección del juego perfecta permitieron la victoria española por 3-2 ante Chile.
Después de todo lo hablado en las fechas previas, el encuentro disputado en Saint Gallen no fue un amistoso cualquiera. Se vieron muchos defectos de los campeones del mundo, algunas virtudes y por último, que los internacionales no miran el equipo de su compañero cuando se enfundan la elástica nacional. Los enfrentamientos entre culés y madridistas pasaron a la historia cuando unos y otros se defendieron en una tangana final que comenzó Arbeloa al defender a Iniesta.
Los noventa minutos anteriores dieron para mucho. La campeona del mundo pasó de dar una imagen propia de un equipo sin ideas, perdido por el terreno de juego, a convertirse en un conjunto ambicioso, con movilidad del balón y con una calidad técnica infinita.
El primer acto provocó la preocupación a los seguidores de La Roja. La novedosa defensa que presentó Del Bosque fue un auténtico fracaso. Ramos se perdió tácticamente junto a la línea de cal, Javi Martínez no se adaptó a un puesto que no es habitual para él, Albiol estuvo muy lento y falto de ritmo y Arbeloa no supo solucionar los problemas que le llegaban por su banda.
A la mala imagen mostrada por la defensa, se sumó la presión de Chile en el campo español. Los andinos llegaban prácticamente hasta los dominios de Casillas para forzar los pelotazos del meta madridista y en el centro del campo fueron unos auténticos perros de presa para evitar que Xavi, Xabi Alonso y Busquets lograran contactar con los puntas nacionales. Finalmente, Aléxis Sánchez jugó con sus marcadores, Valdivia encontró los innumerables huecos existentes en la zaga española y Vargas siempre miró a sus rivales por el retrovisor.
De esta forma, Isla fue el encargado de abrir la lata. Le cogió la espalda a Arbeloa, se quedó solo ante Casillas y con un disparo a la escuadra, estrenó el marcador. España reaccionó tímidamente, pero no pudo con el juego chileno. Aléxis Sánchez escondió el balón para poner un balón a la carrera de Vargas. El chileno dejó atrás a Albiol y en el mano a mano no falló ante Casillas. El marcador era negativo, pero lo peor fue la imagen de un equipo que sólo coincidía con la campeona del mundo en la camiseta.
Tras la reanudación Del Bosque reaccionó. Reina saltó al campo para ver el choque desde un lugar privilegiado e Iniesta tomó el mando en lugar de Xabi Alonso. El manchego no hace ruido, pero cuando conduce el balón, cualquier cosa puede ocurrir. Pedro también saltó al césped. El canario dio profundidad en la banda y fijo a los jugadores de su banda para tranquilidad de Arbeloa.
Cesc sigue en estado de gracia
Primero fue Iniesta el que superó a Bravo con un chut desde fuera del área. El autor del gol de la final del mundial tuvo algo de fortuna debido a que su chut tocó un un rival, pero no se merece que le quiten méritos por ello. Poco después fue el turno de Cesc. El ex del Arsenal sigue en estado de gracia de cara al marco rival y tras entrar en el lugar de Xavi, aprovechó una perfecta asistencia de Iniesta para igualar la contienda.
En el último suspiro, la estrella de la camiseta española brilló más que nunca con un polémico penalti de Meneses sobre Arbeloa. El lateral español cayó en el área sin que se apreciase contacto y Cesc culminó su doblete. Falló la pena máxima, pero el rechace de Bravo y el palo acabó en sus pies para que él sólo tuviera que empujar el cuero al fondo de la red. Aunque con un sabor agridulce, la tranquilidad regresa al vestuario de la campeona del mundo.
Marca.com