¡Toca remontada en el Camp Nou!La excelencia de este deporte llamado fútbol se define con partidos como el del Emirates Stadium. Lástima que sólo se puedan ver en competiciones como ésta y no en una Liga con partidos cada semana. ¿Se imaginan a este Barca jugando la Premier League? ¿Enfrentándose hoy al Arsenal y dentro de siete días al Manchester United?
Naturalmente, eso hoy es fútbol-ficción y nos tenemos que conformar con la Champions y con partidos como este Arsenal-Barca que fue intenso y atractivo hasta el final. No lo tuvieron nada fácil los de Guardiola para desplegar su juego. Los ‘gunners’ cerraron desde un principio todas las líneas de pase de los barcelonistas y mostraron pronto sus armas. La velocidad de Walcott, la clase de Cesc, el remate de Van Persie…
Fue un comienzo en el que el Barca persiguió el balón. Mala señal para empezar. Un servicio de falta del reaparecido Nasri fue el primer chispazo. Una cabalgada de Walcott tan buena como malo fue su intento de pase, el segundo. Y a la tercera, la acción que pudo cambiarlo todo. Cesc levantó el balón en el área buscando el remate a bocajarro de Van Persie. Víctor Valdés respondió con acierto y abortó el peligro.
Sólo habían pasado seis minutos de juego. Al Barca le costaba recuperar el cuero ante la presión local. Pero poco a poco empezamos a ver al Barca de siempre, desafiando al atrevido Arsenal, una máquina en la que se apreciaban pocas fisuras. Una de ellas, el entendimiento entre los centrales. Lo entendió Villa cunado habilitó a Messi, pero el remate de la ‘Pulga’, muy escorado, se marchó junto al poste.
Posiblemente esa acción puso en guardia a los de Wenger. De osados pasaron a ser precavidos, lo cual beneficiaba al juego blaugrana y a la creación de ocasiones. Hasta que llegó el minuto 26 y una acción vertical y letal provocó la euforia entre los aficionados barcelonistas que estaban en el Emirates. Plantea Piqué, conduce Messi y mata Villa, poniendo otra vez en evidencia a los centrales ‘gunners’.
El Barca ya mandaba. Y pudo mandar más si Pedro no se hubiera encontrado con un afortunado Szczesny en el minuto 28. O si el asistente de Rizzoli no hubiera indicado un inexistente fuera de juego en el gol que el italiano anuló a Messi, sólo poco después de que Van Persie perdonara el empate. Primer grave error arbitral.
DEL DOMINIO... A LA REMONTADA LOCAL
La intensidad no decayó tras el descanso. El Arsenal siguió a lo suyo, buscando poner en aprietos a Víctor Valdés y apretando la zona de creación barcelonista. Al Barca le faltaba matar el partido y no lo conseguía. Ni siquiera en una escapada de Pedro para la polémica, ya que reclamó penalty de Koscielny por un claro agarrón de éste cuando el canario entraba solo en el área. Rizzoli obvió la pena máxima. Segundo error del colegiado.
Los de Guardiola seguían adoleciendo de verticalidad y el técnico buscaba soluciones. No se entendió que retirara al incisivo Villa para dar entrada a Keita. A su vez, Wenger apostaba por la pólvora, relevando a Song por Arshavin. El Arsenal empezaba a acercarse cada vez más. Piqué tuvo que abortar una entrada de Nasri y después Valdés se lució en un disparo lejano de Van Persie.
Las llegadas del Barça al área de Szczesny eran inocentes, vacías, sin la chispa que tiene este equipo en sus mejores tardes. En cambio, los ingleses se crecían hasta el punto que, poco después de que Bendtner supliera a un agotado Walcott, Van Persie busco un disparo imposible por donde Valdés no esperaba que lo intentara. Y vaya si le salió bien.
Fue el principio del fin para el Barca. Porque en otra contra mortal, Nasri quedó habilitado por Piqué y encontró a Arshavin, quien culminó la remontada ‘gunner’. La tortilla dio la vuelta ante un Barca que buscaba ya una tabla de salvación en este primer asalto. Polémicas aparte -léase gol mal anulado y penalty no pitado-, no la encontró y ahora tocará apelar a la magia del Camp Nou para seguir soñando con la Champions.
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