Ruleta cruel para el Sevilla
A estas alturas, parece meridiano que ésta no será la temporada del Sevilla. Al conjunto nervionense le pasa de todo en cada encuentro y así es imposible enderezar el rumbo, por mucho que el equipo se esfuerce y firme uno de los mejores partidos de la presente campaña.
Porque el Sevilla jugó bien. Bien por ganas y por ideas. El conjunto de Manzano ha mejorado de lo lindo con las incorporaciones de Medel y Rakitic y el regreso de Sergio Sánchez a los terrenos de juego. Incluso Navas y Perotti, aunque este último en menor medida, recuerdan a los de la temporada pasada, pero cuando la fortuna te da la espalda, no hay tu tía.
Se fallan goles imposibles y cuando entran, llega el trencilla de turno para levantar el banderín por un fuera de juego milimétrico. Así pasó con Luis Fabiano a los 35 minutos de partido. Como sabrán, llueve sobre mojado en el Pizjuán en este tema, así que menos mal que el personal no se enteró de la posición adelantada de Rolando en el 0-1. Si es así, se lía gorda.
Pero decíamos que el encuentro fue un perfecto resumen del quiero y no puedo del Sevilla en esta aciaga campaña. Y el resumen no estaría completo si los de Manzano no hubieran regalado un tanto, el 1-2, que a la postre se antoja decisivo en el devenir de la eliminatoria, porque convendrán conmigo en que hacerle dos goles a este Oporto en su feudo es poco menos que plantearse escalar el Everest sin oxígeno. Se puede hacer, sí, pero lo más normal es que fracases.
Manzano, sin culpa
Manzano, al que no se puede acusar de nada en este partido, apostó por el once más lógico con la excepción hecha de Luis Fabiano, aunque el brasileño luchó de lo lindo y se fue ovacionado cuando cedió el testigo a Negredo. La defensa ganó en empaque con la salida de Alexis y la medular dio la razón a la secretaría técnica del club, que se ha movido mucho y bien en el reciente mercado invernal.
Vamos, que el Sevilla jugó de tú a tú a un Oporto que demostró con creces por qué es uno de los equipos de moda en Europa. Perfectos en defensa y letales en ataques, los portugueses sacaron petróleo de sus escasas ocasiones y construyeron un muro delante de Helton que sólo Kanouté logró resquebrajar. A seguir el autor del primer gol, Rolando, y el argentino Otamendi, que frustraron numerosas jugadas rojiblancas. Dos centrales que estarán muy pronto en la agenda de muchos grandes.
Por otra parte, es tan estéril como doloroso repasar el rosario de ocasiones hispalenses. Las hubo, y de todos los colores, pero una veces Helton y otras, la falta de puntería, como un remate desviado de Kanouté a puerta vacía, evitaron que los de Manzano alcanzaran el justo premio a su titánico esfuerzo.
Ahora le toca al técnico jienense ejercer de psicólogo, porque la moral del equipo queda muy tocada. Con la Champions a 14 puntos y la Europa League hipotecada a una machada en Portugal el próximo miércoles, queda apretar los dientes y acabar la campaña con dignidad.
Marca.com