Messi y Villa tienen ansiedad... por ganar

Cuando ocho campeones del mundo, un 'balón de oro', un internacional brasileño y un internacional galo se ponen a jugar al fútbol poco puede hacer el rival. El cuero se pasea sobre el césped con la velocidad de una pelota de ping pong y los rivales corren detrás del esférico con la esperanza de que algún día alguien se confunda en un pase y tengan la opción de poner en apuros al meta rival.

Estas cosas fueron las que sucedieron básicamente en el Camp Nou. Guardiola puso a su once de gala para ganar en casa y maravilla ante su afición por primera vez esta temporada. El rival no era nada fácil en principio. El Sevilla con la vuelta de Luis Fabiano, Kanouté en la delantera, Perotti y Capel en las bandas y la mejor versión de Romaric desde que recaló en el club hispalense. Nombres importantes que no estuvieron a la altura de futbolistas como Xavi, Messi, Villa, Pedro o Iniesta.

Los chicos de Guardiola saltaron al campo después de que el Madrid se llevara un mini susto en el Rico Pérez y quisieron recordar que siguen siendo ese equipo que maravilló ganando todos los titulos posibles en un año. Así, la teoría que luego se llevó a la práctica fue la de siempre: circulación rápida del balón en la zona de ataque, desmarques cuando no se tiene el balón para crear espacios y presión en el campo rival empezando por el delantero si, por casualidad, el esférico está en poder del rival.

Los de Manzano pusieron ganas y trataron de aprovechar la velocidad en las bandas, pero poco pudieron hacer. Javi Varas sufrirá pesadillas al recordar su estreno en la Ciudad Condal como titular y Luna temerá a Messi y a Villa después de que el técnico jienense le soltará a los leones en escenario como el coliseo azulgrana.

Con todos estos ingredientes, Messi no tardó en abrir el marcador. La Pulga quiso felicitar a Maradona en el 50 aniversario del 'Pelusa' y lo hizo sobre el césped. Con el balón pegado al pie imitó al '10' y le regaló un partidazo para que se lo guarde en su hemeroteca particular.

Para abrir la lata, la joya culé se aprovechó de un rechazo del meta sevillista al corazón del área tras un centro de Pedro. El canario, con sus internadas por la banda y sus bicicletas para regatear a tantos rivales como salían a su paso recordó al Ronaldinho que tantas alegrías dio a la grada del Camp Nou. El tinerfeño no marcó en esta ocasión, su auténtica especialidad, pero se cansó de asistir a sus compañeros y provocó la expulsión de Konko poco antes del descanso.

Con todo a favor llegó la hora de Villa para acabar con su conocida 'ansiedad'. Al Guaje nunca se le olvidó jugar al fútbol, la calidad la tiene en sus botas y la exhibe por igual en Valencia que en Barcelona. De esta forma, se deshizo del inocente Luna y con un chut al palo largo puso el balón en el único sitio donde era imposible para Javi Varas. Lo que en un principio apuntaba a un choque disputado entre dos grandes equipos, las estrellas culés lo convirtieron en una fiesta goleadora de los culés que tuvo a Alves como invitado.

Tras superar fases con más de un 80% de posesión del balón, Alves aprovechó un error de Romaric a la hora de ceder un balón a su portero y batió a Varas. Por respeto a su antiguo club, el brasileño no quiso celebrar el tanto.

El panorama para el Sevilla era desolador. Un hombre menos y tres goles en contra a falta de más de media hora de partido era poco esperanzador para los sevillistas, que vieron como a los chicos de Guardiola no les afectaban los cambios del técnico de Santpedor. Xavi, Pedro y Puyol dejaron sus puestos a Mascherano, Adriano y Bojan para hacer diversas pruebas de cara a próximos compromisos. Parece que todo salió bien, algo que es más fácil con Villa y Messi sobre el campo.

Con dos acciones similares dejaron la manita en el marcador. Primero fue el argentino en una jugada marca de la casa. Galopó hasta el borde del área y con un duro chut logró su doblete particular. La Pulga podrá hacer la misma acción las veces que quiera, se lo podrá avisar a los rivales, les advertirá sobre sus intenciones antes o les dará ventaja. Dará lo mismo. Siempre saldrá con éxito. Lo suyo con el balón en el pie es para estudiar en las escuelas y pocos en pueden imitarlo en el fútbol mundial.

Para recuperar el tiempo perdido, Villa quiso igualar a su compañero antes de que Turienzo señalara el final. El Guaje también se plantó junto al semicírculo del área y con un duro chut raso, batió a Varas, quien pagó las ansiedades aireadas hasta ahora.

De esta forma, el Barcelona cerró una fiesta ante un equipo que en ningún momento pudo poner oposición a un equipo que de seguir así, todavía tiene muchas cosas por ganar.

Marca.com