El Madrid desempolva las pistolas y les saca brillo
Mourinho y el Bernabéu acabaron con una sonrisa de oreja a oreja. No era para menos. El mejor Real Madrid de la temporada se cebó con el Deportivo, víctima de una tromba de fútbol y goles protagonizada por un equipo que habló en el campo. Fue un monólogo que enganchó. El Madrid plasmó en el terreno de juego la libreta de Mou, en la que aparecen subrayados sus tres principios fundamentales, trabajo, disciplina y solidaridad. Los blancos fueron un equipo en el amplio sentido de la palabra, un señor equipo. El Madrid fue más solidario que nunca y todo fue más fácil levantando la cabeza y pensando en el compañero. Las asociaciones fueron un éxito maravilloso.
El Real Madrid lo bordó en una noche lluviosa que acabó con más luz que nunca en el verde. Los blancos se olvidaron de sus problemas, de su ansiedad y de su sequía. El Madrid, que estaba comiendo lo justo para sobrevivir hasta este domingo, se dio un atracón con el Deportivo de invitado, al que se le hizo la boca agua. Los de Mourinho ganaron y disfrutaron en un partido que debe ser más importante de lo que pueda parecer. Los blancos encontraron el camino a seguir, las líneas maestras de la obra. El plan es jugar rápido, asociarse y golpear a la velocidad de la luz. Es para lo que está diseñado este Real Madrid.
El espectáculo de las ruedas de prensa del Bernabéu se desplazó al terreno de juego, donde el Madrid no habló, gritó y encandiló a su gente. El Deportivo suficiente tuvo con escuchar y pedir clemencia. La goleada fue un escándalo, pero pudo ser mucho peor para los de Lotina. Al Real Madrid le sonó la alarma con el pitido inicial y el aviso del videomarcador, anunciante de un pinchazo del Barcelona. Los merengues tuvieron prisa y todo fue rápido, muy rápido. A los cuatro minutos desempolvó unas pistolas que acabaron tiroteando al enemigo. Özil botó un córner, Lopo se despistó y Cristiano Ronaldo cabeceó a las redes.
En conjunto, en maýusculas
El tanto no acomodó al Real Madrid, que presionó arriba como no se le recordaba desde hace tiempo. El balón se lo quedó el Madrid, dueño y señor de un partido en el que sólo pasó lo que quiso el equipo local. Xabi Alonso fue el capataz. El de Tolosa alzó la voz y el restó le atendió. Sus desplazamientos de balón, marca de la casa, fueron una delicia. Özil fue el ilusionista. El alemán hizo el segundo, su primer gol vestido de blanco, y jugó con una linterna. Por donde pisó se hizo la luz. Los tres de arriba, Di María, Ronaldo e Higuaín hicieron su mejor partido en compañía. Los tres jugaron con el mismo balón y se entendieron con sólo mirarse. Fue la noticia más positiva de la noche.
Con el grifo abierto, el Madrid siguió dando bocados. El tercer tanto fue un golpe de billar. Xabi Alonso abrió una tubería por el costado, Higuaín centró con la izquierda y Di María hizo el 3-0 de cabeza. Todo se hizo de primeras y con una precisión milimétrica. Contra eso no existe antídoto.
Una bandera blanca agujereada
El mejor Real Madrid de la temporada no cesó tras el descanso. Lass entró por Khedira. Fue lo único que cambió. El Deportivo sacó la bandera blanca y el Madrid se la quitó de las manos y la pisoteó. Los de Mourinho tenían una oportunidad para reivindicarse y ganar confianza. Lo consiguieron. Llegaron más goles.
Higuaín hizo el cuarto a pase Di María en otra jugada conjunta. Nada de individualidades. El quinto se lo marcó Zé Castro en su propia portería. A los de Lotina no les quedó otra que tomárselo con filosofía, con mucha filosofía. Pocas fueron las apariciones en campo enemigo, y cuando al Depor se le ocurrió aparecer, por allí ya estaba Pepe, imperial, o Casillas, para taparle los ojos. El gol del honor lo marcó a ciegas Juan Rodríguez, con Marcelo de portero.
Cristiano fue el que cerró la cuenta. El portugués fue feliz, como Juan Carlos, canterano debutante en una noche en la que el Real Madrid dio en el blanco y sacó brillo a sus pistolas.
Marca.com