El Madrid pega sin seducirEl Racing acabó noqueado por el boxeador de la Liga, el Real Madrid, que soltó dos ganchos en El Sardinero y le bastó para desafiar al Barça en igualdad de condiciones numéricas pensando en el sábado. Fue suficiente para los blancos, que solucionaron un problema dejándose de trámites. El Madrid pegó sin seducir en un combate que decidió el peso de sus armas, las de siempre, Cristiano e Higuaín, autores de los goles. El fútbol brilló por su ausencia. No le importó al equipo de Pellegrini.
El Madrid ganó por K.O. al Racing de Portugal y de Canales, abofeteado sin muchas explicaciones. Los blancos no avisan. Cuando nadie lo espera, con el rival desprotegido, golpea y rompe la cara del que se le ponga por delante. El Madrid es un peso pesado. Sus golpes dejan graves secuelas. El resto no es cosa suya. En Santander, sin Xabi Alonso, la situación fue más evidente.
Pellegrini se acordó de Metzelder, guardián alemán que no jugaba un partido oficial desde Alcorcón, tumba madridista en la Copa. Los problemas físicos de Garay obligaron a El 'Ingeniero' a recurrir a Metzelder, que no defraudó a nadie. A pesar de su inactividad, el central se acopló perfectamente al lado de Albiol. Su respuesta siempre fue acertada. En el centro del campo, la historia fue bien distinta. Sin Xabi Alonso, la sala de máquinas se convierte en un galimatías sin general. Nadie manda, nadie decide. Gago jugó por delante de la defensa y Mahamadou Diarra encontró un sitio en la medular, lugar del que ha desaparecido Lass, futbolista indiscutible no hace demasiado.
El centrocampista malí personificó el suspenso madridista con el balón. Diarra no se entendió ni consigo mismo. Al lado, Granero volvió a desaprovechar su oportunidad. El 'Pirata' volvió a pasar desapercibido. De Van der Vaart quedaron sus golpeos con la izquierda a balón parado. El holandés bastante tuvo con preocuparse de su estado físico. Fue la gran víctima de la dureza cántabra.
Cristiano contra el mundo
El Racing peleó con lo que tiene. No le bastó. Canales ofreció lo mejor de su equipo, aunque fue evaporándose con el paso de los minutos. Su vaselina, la que se marchó rozando el palo derecho de una portería que no defendía Casillas, lejos de los palos por exigencias del guión, se quedó en eso, en un aviso sin remate. El que no avisó fue el Madrid, directamente, abrió el marcador. Cristiano fue derribado por Moratón dentro del área y fue el principio del fin para el Racing. Ronaldo no perdonó desde los once metros. No se tiró mal Coltorti, pero el latigazo del portugués contaba hasta con cuchillos.
El Madrid, sin Xabi, se guió a lo que pensó Cristiano, protagonista en muchas fases del encuentro de un duelo de una bestia contra once humanos. Los de Pellegrini pasaron del resto. El Madrid tuvo la osadía de marcharse de un partido transcendental. Su segunda mitad dio que pensar. La cabeza de los blancos no pasó por El Sardinero. El Madrid jugó con fuego y no se quemó.
Sentencia argentina
El Racing no tenía pistolas. Desaprovechó una oportunidad de sacar algo positivo y destrozar los planes ligueros del Real Madrid. Los blancos sestearon y se encontraron con el segundo, cuando el Racing ni pensaba en la respuesta madridista.
Guti, que entró en juego en detrimento de Granero, encendió la luz en campo propio. La oscuridad madridista se acabó con el pase del '14' y la sentencia de Higuaín, infalible. Gonzalo ya marca hasta en sus partidos menos lúcidos. Secretos de artillero.
Ganó el Madrid un encuentro del que sólo se acordará Marcos Alonso, debutante. El sábado la historia se escribe en el Santiago Bernabéu.
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