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El gobierno de Corea del Norte castigó a su selección por su vergonzoso papel en el Mundial de Sudáfrica.
Los jugadores fueron obligados a pararse durante seis horas delante
del Palacio de la Cultura Popular de Pyongyang para que la gente los
insultara, según informa el diario español 'El País' con datos tomados
de Radio Free Asia.
"Los jugadores pagaron por el delito de traicionar la confianza del
Querido Líder (título propagandístico del jefe del estado coreano Kim
Jong-il) tras una deshonrosa participación en Sudáfrica", señala la
nota.
Pero a ellos les salió 'barato'. El entrenador Kim Jong Hun, en cambio, fue castigado con trabajos forzados.
Solo se salvaron del castigo Jong Tae-se, más conocido como 'El
Rooney asiático', quien lloró en el primer encuentro mientras sonaba el
himno nacional, y An Yong-hak, que viajó directamente a Japón.
Los norcoreanos cayeron eliminados en la fase de grupos tras perder
los tres partidos y fueron goleados 7-0 por Portugal. Tras este partido,
se temía que algunos fueran enviados a prisión, como ocurrió en
Inglaterra 66, según reveló uno de los miembros de ese equipo.