Imbancable. Insoportable. Impresionante. No hay forma de calificar -y dimensionar- en forma exacta, todo:
1)La mortificante incidencia de superioridad que tiene e impone Suárez sobre los rivales, y más precisamente sobre quienes deben marcarlo, como les pasó anoche a los pobres y atribulados Contreras, Ponce y González, que integraron la línea de tres con que ingenuamente Chile vino a jugar "de tú a tú" -como dicen los españoles- contra Uruguay en el Centenario.
2) El funcionamiento de un equipo al que su entrenador reacomoda aunque le falte una pieza de la gravitación de Forlán, tal como lo hizo ayer Tabárez, armando como base de lanzamiento para la contundencia atacante -en este caso excluyente de Suárez- la asfixiante presión de anticipo y marca que imprimen Diego Pérez y Arévalo Ríos desde el mediocampo hacia adelante.
3) La vigencia incuestionable, y hasta se diría que autoritaria, que mantiene en el ámbito del fútbol sudamericano -e inclusive universal- una selección que cada día que pasa demuestra más cómo y por qué fue una de las mejores cuatro del Mundial de Sudáfrica.
Es más, anoche la clave -más allá del peso desequilibrante de Suárez- estuvo en que volvió a aparecer, como en la final de la Copa América contra Paraguay en Buenos Aires, el instrumento con el cual "la Celeste" sorprendió en el Mundial del año pasado.
Esto es, a despecho de alguna insolvencia fugaz del fondo para resolver un par de centros pasados, y un par de apuros que la retaguardia atravesó en la primera parte ante los punzantes pases de Suazo, el trabajo no muy "limpio" pero utilitario del "Tata" González para tapar la salida de Chile por el flanco derecho del mediocampo celeste y luego complementar -casi como un tercer punta- las salidas impetuosas de Cáceres, más el desagote ofensivo más prolijo de "Palito" por el otro costado, y el fogoneo del "Ruso" y el "Cacha", construyeron en conjunto, el andamiaje de la catapulta que lanzó sobre la defensa chilena, igual que si fuese una piedra gigante, la potencia descomunal de Suárez.
Esa fue la clave en Sudáfrica: un equipo que funcionó con orden y actitud, "al servicio" de la eficacia de Forlán y Suárez. Anoche, ante la falta de "Cachavacha", habitual distribuidor de la pelota para generar llegadas, Uruguay -Tabárez- optó por jugar largo para Cavani y, sobre todo, Suárez; y lo del salteño fue tan letal como impresionante.
Girando para su derecha. Girando para su izquierda. Rematando con un perfil. Rematando con el otro. Cabeceando. Llevándose rivales a la rastra. Reventando una pelota quieta en el travesaño. Fue aplastante.
Es más, hoy por hoy, quizá, no haya en el mundo un punta tan desequilibrante. Por fuerza. Por manejo. Por clase. Que es por todo lo cual lo de ayer se "reenganchó" con la imagen del equipo de Sudáfrica.
Contra Holanda, Forlán jugó "en una pierna", y faltó Suárez. Si no, quién sabe si hoy, frente a los 10 goles que Uruguay metió en los 3 primeros partidos de las Eliminatorias, no se estaría hablando de mucho más que una selección que es la mejor de América, el líder de la ronda clasificatoria y va hacia Brasil 2014 aplastando y hasta atemorizando rivales. Es que es imbancable. Insoportable. Impresionante. Como Suárez.
La cifra
54 Años hacía que un jugador uruguayo no metía 4 goles con la selección por un partido oficial.
Próxima fecha
4ª fecha (martes): Colombia vs Argentina (en Barranquilla), Ecuador vs Perú (en Quito), Chile vs Paraguay (en Santiago), Venezuela vs Bolivia (en San Cristóbal). Uruguay tendrá fecha libre.