A los 34 años, tras ser elegido como el mejor portero de la reciente Copa América, el paraguayo Justo Villar tenía todo listo para liderar la nueva etapa del seleccionado guaraní bajo el mando de Francisco Arce. Sin embargo, una lesión traicionera en su pierna izquierda le impidió estar presente en el arco de la Albirroja, que apenas cosechó un punto agónico en la doble jornada inaugural de la eliminatoria para la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™.
Un mes más tarde, el capitán está listo para volver ante Ecuador y Chile en noviembre, y aportar su experiencia en la búsqueda de una primera victoria. “No diría que estoy ansioso, pero sí con expectativas en saber cómo nos irá con el cambio en la manera de jugar”, cuenta el arquero de Estudiantes de La Plata a FIFA.com.
El motivo de semejante confesión es simple: tras el alejamiento de Gerardo Martino, que llevó al equipo hasta los cuartos de final de Sudáfrica 2010 y la final de la Copa América, la Albirroja afronta una nueva etapa. Villar, que acumula ya 32 partidos por eliminatorias en sus espaldas, cree que “con el Tata presionábamos y metíamos mucho, pero con Arce, si bien se respeta esa idea, hay una intención de poner más gente que quiera jugar además de insertar juveniles”. Por eso, asegura, “el empate contra Uruguay ha sido fundamental, sobre todo desde lo anímico. Otra derrota habría generado dudas en la gente”.
A la hora de analizar el inicio guaraní en el certamen, sucesor de José Luis Chilavert en el puesto prefiere la mesura. “Perú siempre nos ha costado: nos ganó en las eliminatorias para Corea/Japón y también en las de Alemania. De hecho, sólo empatamos en las de Sudáfrica”, recuerda Villar que, confiesa, sufrió "mucho al ver desde afuera” tanto la derrota padecida en Lima como el empate ante Uruguay en Asunción.
Lecciones del pasado
Ya hace cinco años, otra lesión inesperada llevó a Villar a las primeras planas: una ruptura fibrilar en la pierna derecha, a los 8 minutos de partido frente a Inglaterra en Frankfurt, convirtió a su salida en la sustitución más temprana de un portero en la historia del certamen. “Fue de lo más difícil de mi carrera”, cuenta. “Me gané el puesto en la eliminatoria, llegué hasta el Mundial y me lesioné en el primer partido. Fue difícil de asumir, lo sufrí muchísimo, pero sabía que iba a tener revancha”.
Y vaya si la tuvo: cuatro años más tarde, fue figura del equipo que alcanzó los cuartos de final por primera vez en su historia y que a punto estuvo de terminar con el sueño de España, a la postre campeona. Hoy, afirmado en aquella experiencia como referente del plantel, está encargado de liderar al equipo de Arce, con quien compartió plantel en la eliminatoria para Alemania 2006: “Chiqui ya tenía aire de director técnico dentro de la cancha. No hablaba mucho, pero siempre te decía las cosas justas. Uno ya intuía que en su futuro estaba la dirección técnica”, aclara quien ocupa un lugar importante dentro del grupo. “Él quiere que se lo trate de manera más cercana, establecer una relación de ida y vuelta. Eso va a ayudar mucho a la adaptación de las dos partes”, completa.
Sin temores
Ante el inicio fallido en la eliminatoria, Villar sabe que vuelve para aportar serenidad en un equipo que acostumbró a su afición a los triunfos. “Después de las últimas cuatro clasificaciones consecutivas, con diferentes jugadores y cuerpos técnicos, se ha transformado en una responsabilidad grande. La exigencia de la gente ha aumentado”, advierte. Y explica: “Hoy la meta no es clasificar como sea, sino lo antes posible e incluso primero si se puede”.
No obstante, el capitán lo toma con tranquilidad y niega el miedo al fracaso. “Confiamos mucho en lo que tenemos”, desafía. ¿El motivo? “Sabemos de nuestro potencial y los rivales a los que enfrentaremos. Esta eliminatoria será más apretada que las anteriores, aunque creo que todos van a arriesgar un poco más. Imagino partidos más abiertos”.
Todo eso, sumado a la ausencia de Brasil, alimenta el optimismo de Villar, quien buscará coronar su carrera con una tercera fase final de la Copa Mundial de la FIFA en 2014. “¡Yo me veo allí! A pesar de que están saliendo muy buenos arqueros, estar en la selección es algo tan lindo que uno quiere estar como sea, tanto dentro de la cancha como del plantel. Incluso desde afuera, como hincha”.
¿La clave para lograrlo? Lo cuenta él mismo: “Debemos jugar buen fútbol y obtener resultados. Lo fundamental será hacerse fuertes de local, para luego pelear los puntitos afuera”. Ecuador y Chile, en el horizonte inmediato, quedan avisados.
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