El partido amistoso entre Inglaterra y Holanda, que tenía que disputarse mañana por la noche en el estadio de Wembley, en el noroeste de Londres, fue anulado a causa de los disturbios que está viviendo la capital británica, anunció este martes la federación inglesa.
"Muy a nuestro pesar el partido internacional contra Holanda en Wembley ha sido cancelado", dijo la federación de fútbol (FA) en un comunicado.
"Hemos recibido un aviso claro (para anular el partido) porque la naturaleza esporádica de los disturbios pondría problemas a la hora de tener servicios de urgencia y de policía disponibles para el encuentro", explicó la FA.
La policía de Londres consideró que su vasto despliegue en varios puntos de la ciudad para luchar contra los disturbios no permite mantener la seguridad de los 70.000 espectadores previstos en el estadio para el partido.
"La FA quiere dejar claro que la decisión está en total acuerdo con la opinión de la Metropolitan Police, el Gobierno y las autoridades de Brent" (el gobierno local de la zona), añade el texto.
Esta decisión llega tras la anulación, por recomendación de la policía, de cuatro partidos de fútbol de la Copa de la Liga previstos este martes en Londres y Bristol, en los que tenían que jugar entre otros equipos el West Ham, el Charlton y el Crystal Palace.
Otro encuentro amistoso previsto el martes en Watford (norte de Londres) entre Ghana y Nigeria también fue cancelado por las mismas razones.
"El Inglaterra-Holanda ha sido anulado, buena decisión. ¿Quién quiere ver un partido de fútbol cuando nuestro país está convulsionado?" dijo el defensa Rio Ferdinand, que iba a participar en el encuentro, en una red social.
Poco antes de la decisión, otro internacional inglés, Wayne Rooney, calificó de "locura" los incidentes que está viviendo la capital británica.
"Estos disturbios son una locura. ¿Porqué la gente hacen esto a nuestro país, a nuestra ciudad? Es vergonzoso para nuestro país, paren por favor", dijo el atacante del Manchester United en una red social.
Los disturbios, que empezaron este fin de semana en un barrio multiétnico del norte de Londres, se extendieron el lunes y el martes a otros barrios y otras ciudades, y han obligado al primer ministro británico, David Cameron, a acortar sus vacaciones y volver urgentemente a la capital. (AFP)
Ovación digital