El 10 parece ser el número del "Ruso" Pérez. No sólo cumplió 10 años defendiendo la camiseta celeste, sino que también festejó el décimo aniversario con su esposa Lorena. Por eso, después de la Copa América, se fueron a disfrutar de una especie de luna de miel en Miami. Dejaron a sus hijos con los abuelos y viajaron a disfrutar del sol.

"Fue la primera vez que nos separamos de los nenes y los extrañamos bastante. Volvimos ayer y Paulina, la chiquita, no paraba de abrazarme y de darme besos. Pero queríamos estar juntos una semanita. Por suerte nos hizo un clima divino. Creo que para mañana está anunciado un huracán, pero a nosotros nos hicieron días preciosos. No llovió nunca", contó el volante.

Pero ni en Estados Unidos el "Ruso" pudo pasar inadvertido. "Estando en Miami, me di cuenta del reconocimiento mundial. Me paraba gente de Venezuela, de Honduras, de Colombia. Son cosas a las que uno no está acostumbrado y que te hacen entender lo que se logró. Que hablen bien de nuestro país y no sólo en lo futbolístico, también del grupo y de la calidad humana que hay en el equipo. Escuchar todo eso afuera de tu país te enorgullece mucho más. Es una alegría inmensa. Es increíble. Nos sentimos privilegiados de que nos haya tocado vivirlo a nosotros", admitió.


"Todavía no nos dimos mucha cuenta de lo que logramos. Sí somos conscientes de la alegría. Yo siento una alegría enorme y es la misma de mi familia y de la gente. La de todos los uruguayos. En el aeropuerto encontramos a un niño con la camiseta celeste puesta y nos pusimos a conversar con el padre. Familias que emigraron a Estados Unidos y cuyos hijos, obviamente crecen afuera. El hombre me contaba que después de lo que pasó en el Mundial y en la Copa América, el hijo le pide que le saque la cédula y el pasaporte uruguayos. Los niños ahora quieren ser uruguayos. Es increíble lo que consigue el fútbol. Fue una emoción impresionante para mí", contó el volante.

No es fácil para él elegir un momento entre los muchos que vivió en la Copa América. "Cuando me abrazo con todos los compañeros al lograr el título y también después del partido con Argentina. No me dejaban estar en la cancha y no lo podía ver. Me basaba en lo que escuchaba de las tribunas y en lo que me contaba mi hermano por teléfono. Era interminable. Me dolía todo el cuerpo por los nervios", relató.

Pérez reconoció que el partido frente a los albicelestes marcó un quiebre. "El hecho de eliminar a Argentina nos dejaba de cara a ser candidatos en forma definitiva. Cuando nos fuimos a la Copa hablábamos de ir partido a partido y no era un discurso. Nos tildaban de favoritos, pero nosotros sabíamos que siempre se nos van a complicar las cosas. Quedó confirmado porque fuimos de menos a más. La semifinal y la final fueron de los partidos más contundentes y los más tranquilos. El partido con Argentina fue clave. Una noche inolvidable en la que hice mi primer gol con la selección y luego me tuve que ir temprano de la cancha".

A propósito de su expulsión, decretada por Amarilla, tras haberla visto por TV admitió que pudo haberse ido en la primera jugada en la que recibió amarilla. "De repente me perdonó porque era la primera, pero ya quedé con riesgo. Más frente a Argentina que tiene grandes jugadores. Tuve que cometer faltas. Necesitaba que esa noche terminara feliz y por suerte los muchachos me regalaron la victoria".

El "Ruso" sabía que en la Copa tenían que confirmar lo bueno que habían hecho en Sudáfrica. "Defender a Uruguay siempre es una presión, pero sabíamos que después del Mundial había mucha expectativa. Y siempre que había charlas grupales decíamos que no podíamos fallar".

Para el futbolista del Bologna, lo de Sudáfrica y la Copa no están separados. "El Mundial fue la llave de todo esto. Fue cuando nos dimos cuenta que teníamos potencial para lograr cosas importantes. Para mí no fueron dos, fue un logro único. Nos parecía que la caravana del Mundial había sido ayer y ya la estábamos haciendo de vuelta". De todas formas, reconoce la importancia de conseguir un título. "Tuve que esperar diez años para ganarlo con la selección. Me preguntaba cuándo me iba a tocar a mí. Pero lo disfruté el doble o el triple".

Su hijo Santiago prefiere no cortar con la dulzura

Santiago, el hijo mayor del "Ruso" no estaba interesado en el fútbol. Pero como a muchos otros niños, el Mundial de Sudáfrica lo cambió. "Antes le gustaba el tenis y cuando lo llevaba a jugar al fútbol me daba cuenta que no le interesaba. Entonces lo dejé. Pero después del Mundial se le despertó el interés en todo sentido y ahora mira los partidos y conoce a todos los jugadores", contó el "Ruso". El niño juega en las infantiles del Bologna. Va tres veces por semana. "Corre para todos lados", responde su padre al preguntarle de qué juega. "Pero se va para arriba. le gusta hacer goles. Prefiere eso a cortar con la dulzura. Je. Prefiere ser Forlán o Cavani", admitió el volante.

A propósito del Bologna, el "Ruso" cree que cuando regrese en unos días, lo recibirán como a un campeón. "Creo que voy a tener un lindo recibimiento. Al menos he tenido mensajes de todos los jugadores y del presidente diciéndome que la ciudad me esperaba. Aunque con los que me hicieron llegar fue suficiente".

Felicidades a Diego Pérez! Es una curiosidad que el aniversario con su esposa y con su selección sea en las mismas fechas.