La fe mueve montañas y se lleva por delante al Valladolid
El Elche nunca dejó de soñar contra el Valladolid y podrá seguir haciéndolo una semana más en la que los sueños pueden hacerse realidad. El equipo de Bordalás se jugará con el Granada un sitio en Primera División y lo hará después de creer en lo que parecía imposible y llevarse por delante al Valladolid, que ganó 1-0 en la ida y se adelantó en el Martínez Valero con un tanto de Óscar. Los ilicitanos nunca perdieron la fe y contaron con aliados inesperados para mover montañas y llevarse la eliminatoria. Javi Jiménez, Jordi y Amoedo Chas no eran jugadores del Elche, pero se pusieron de su parte.
El guardameta del Valladolid lo hizo todo bien hasta que agonizó la primera mitad, cuando se tragó una falta de Edu Albacar. Desde ese momento, el chaval se quedó con la mente en blanco. El gol de Ángel, el 3-1, también lo regaló el portero, que esta vez contó con la inestimable ayuda de Jordi, central visitante que se convirtió en delantero centro con una camiseta blanca y una franja verde.
El segundo tanto lo permitió Amoedo Chas, árbitro del partido. Marc Valiente tocó el balón con la cabeza y al colegiado se le ocurrió pitar mano. El defensa tenía las manos en el bolsillo. Esa decisión fue el origen del 2-1, otra vez obra de Albacar, zurdo francotirador.
Al Valladolid se le escapó lo que tenía en su mano tras la ida y que agarró con fuerza en el minuto 23. Óscar finalizó una contra pucelana, especialidad de la casa, con un latigazo que sacudió las redes de la portería de Jaime y dejó al Elche a tres goles del pase. Los consiguió. El equipo de Bordalás creyó en sí mismo y no desaprovechó los regalos, que los hubo de todos los colores y tamaños. El Elche fue educado y los aceptó.
Regalos a domicilio
Los pucelanos tenían la situación controlada, pero todo se les fue de las manos en los últimos suspiros de la primera mitad. Albacar disparó con violencia un libre directo y Javi Jiménez se equivocó en las formas. Quiso agarrar un chut que pedía un despeje para evitar problemas y se tragó el cuero, que entró sin sentimientos en la portería. El meta del Valladolid, que había salvado por dos veces a su equipo, abrió las puertas de par en par al Elche. Segundos después, fue el árbitro el que dejó pasar al equipo ilicitano. La falta, pitada por una mano que sólo vieron sus ojos, fue el preludio del segundo de Albacar, que superó el obstáculo de la barrera. Javi Jiménez no se movió, todavía petrificado por su error en el 1-1.
Antes de los goles de Albacar, Bordalás movió ficha. Quitó del campo a Kike Mateo y dio entrada a David Sánchez, futbolista que correspondió al técnico y al partido, que pedía lo que él hizo con el balón. De sus botas nació el 3-1, en el 58'. David centró al corazón del área y allí encontró a Jordi que remató para que Ángel remachase en línea de gol.
El golpe dejó secuelas en el Valladolid, que tuvo más de media hora para marcar un tanto, pero no lo hizo. A los de Abel se les apagó la luz y el Elche jugó con sus sentimientos. El Valladolid acabó sepultado.
Marca.com