El fútbol da la razón al BarçaEn el fútbol no siempre gana el mejor, pero normalmente sí. El Barça estuvo a punto de demostrar lo contrario ante un Arsenal pobre y decepcionante que rozó en el Camp Nou el milagro. Eso es lo que hubiese sido pasar a cuartos sin tirar a puerta, marcando un gol gracias a un accidente y otro en el último suspiro cuando a Bendtner se le hizo de noche ante Valdés. Hubiese sido un escarmiento muy duro para un Barça que pudo golear y no lo hizo, que jugó de sobra para ganar con comodidad y se vio obligado a remontar tras el gol en propia meta de Busquets y la expulsión de Van Persie, la jugada que más va a dar que hablar tras un partido dominado de cabo a rabo por el Barça de las grandes ocasiones. Así es el fútbol.
Tenían que levantar los culés un 2-1 tras el inesperado traspiés de Londres y se puso manos a la obra desde el primer minuto. Los 'Gunners' optaron por meterse en la cueva y allí se quedaron todo el partido, traicionando su libreto. Posiblemente el torbellino culé no les dejó otra opción, pero se esperaba más de los de Wenger. Otros equipos lo han hecho mejor, o al menos lo han disimulado más. Sagna, Djorou, Koscielny y Clichy tenían ante sí la misión imposible de evitar un gol del Barça en noventa minutos. Obviamente, no lo lograron, pero aguantaron 49 minutos de asedio y eso tiene mérito, la verdad.
Los de Guardiola no pudieron traspasar antes el autobús londinense por culpa de Massimo Busacca, un colegiado con vitola de estrella del arbitraje que salió mal parado de un duelo 'top', como diría Mourinho. El suizo se tragó un penalti en el 32' de Diaby a Messi sobre la misma línea del área, y eso que estaba al lado. En el 36', fue el palo lo que salvó a Almunia en un disparo de Adriano. El meta español tuvo que entrar al cuarto de hora para sustituir al lesionado Szczesny, que se dañó un dedo en un libre directo de Alves. Fue lo mismo que le sucedió en la final de 2006, pero esta vez fue el mejor de los suyos. Triste consuelo, pero particular revancha de nuestro paisano a nivel personal.
49 minutos aguantando
La resistencia inglesa cedió en el descuento de cinco minutos que añadió Busacca a la primera parte. Cesc perdió de tacón el balón en la frontal, Iniesta le robó la cartera y asistió para Messi, que tiró un sombrero perfecto a Almunia para hacer el 1-0. La lógica tardó en llegar pero dejó la eliminatoria encarrilada para los catalanes con uno de esos goles psicólogicos que tanto duelen.
Tras el descanso, el partido continuó por los mismos derroteros con un Arsenal lánguido en el que formaron Cesc y Van Persie. Curiosamente, su titularidad terminó perjudicando a los 'Gunners'. Nunca estuvieron dentro del partido, bien por problemas físicos al no estar del todo recuperados o de concentración. En mitad del páramo, Wenger se encontró con un regalo en el minuto 53 en un córner botado por Nasri que transformó en gol Busquets en un remate desafortunado. Formó pareja de centrales junto a Abidal en ausencia de Puyol y Piqué, y nadie les echó en falta.
Busacca se carga a Van Persie
Tres minutos después, con el Camp Nou en estado de shock, llegó la jugada clave del partido. Van Persie, que tenía una amarilla de la primera parte, remató a puerta en una jugada anulada por fuera de juego. Busacca no quiso interpretar el reglamento, que es lo que se suele hacer en estos casos, y dejó con diez al Arsenal. La expulsión es rigurosa, no cabe duda, pero la imprudencia de Van Persie fue notable. Quizá le sirva de lección a un buen jugador que todavía no ha madurado.
La tarjeta roja acabó con la alarma roja. El Barça se volcó y encontró el 2-1 tras un jugadón de Iniesta. Debe ser tan pálido porque tiene más sangre fría que nadie. Tras una prolongación necesaria de Villa, Xavi batió a un Almunia heroico que trataba de evitar lo inevitable. Dos minutos después, penalti claro de Koscielny (que también tenía amarilla) a Pedro y gol de Messi. Lejos de conformarse, el Barça intentó marcar el cuarto, el de la tranquilidad. Tuvo infinidad de ocasiones en las botas del propio Leo, de Alves o de Afellay, que sustituyó a Villa en la recta final.
Bendtner asustó al Camp Nou
El tanto no llegó por culpa de un gran Almunia y el Barça a punto estuvo de pagarlo muy caro a falta de dos minutos. Adriano falló, Wilshere envió al centro para Bendtner y el danés, con Mascherano en la espalda como un 'pitbull', se achantó. En la jugada se lesionó el argentino, que completó su mejor partido de azulgrana. Es un guerrero en un equipo de artistas, pero ganar la Champions hay que apretar los dientes aunque seas el mejor.
Marca.com