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Un tanto de Karim Benzema en el inicio de la segunda mitad decantó del
lado local el amistoso entre Francia y Brasil (1-0), que estuvo igualado
en el juego y marcado de forma decisiva por la expulsión en el minuto
40 de Hernanes.
Una entrada a destiempo del jugador del Lazio cambió el signo de un
encuentro que hasta ese momento había dominado Brasil, pero sin crear
claras ocasiones de gol.
En el ambiente de superioridad numérica Francia recuperó el control
del juego y resurgió un gran Benzema, que se fabricó un buen puñado de
ocasiones, aunque sólo sacó partido de una de ellas.
Pero el madridista se metió en el bolsillo al público que le señaló
como su esperanza, ovacionado como una gran estrella cuando abandonó el
campo al filo del final.
Los 'bleus' siguen siendo la bestia negra de los brasileños y el
Estadio que Francia su escenario maldito. Ahí perdieron la final de 1998
y volvieron a caer derrotados, esta vez con menos estrépito.
El partido se planteó, como era de prever, como un duelo entre dos
formaciones en construcción, dos equipos en pos de su identidad que
enfrentaron los bocetos que vienen construyendo.
Diseñados a partir del balón, los proyectos de Blanc y Menezes son
todavía embriones de los grandes equipos que se espera que sean, y esas
carencias se dejaron ver en el Estadio de Francia.
Puso más Brasil hasta que se quedó con uno menos. Más ganas, más
control del balón, más propuesta ofensiva y más dominio. El primer
tiempo se desarrolló casi íntegramente en territorio galo, aunque sin
grandes ocasiones.
La réplica la daba una y otra vez un inspirado Benzema, que con más
puntería y con un Julio César menos inspirado habría tenido más
recompensa
El resto fue un monólogo brasileño, con ocasiones de Pato y Robinho, la pareja milanista que, sin embargo, se fue sin premio.
Pero el dominio brasileño se derrumbó cuando en el minuto 40
Hernanes vio una roja directa por una fea entrada a Benzema. El jugador
del Lazio llegó tarde a un regate del francés y su pie, demasiado
elevado, golpeó el pecho del madridista. El colegiado le expulsó y
obligó a Brasil a retrasar sus líneas.
Francia vio la herida en su rival y quiso aprovecharlo. Salió de los
vestuarios lanzada al ataque, deseosa de dar una alegría a su afición,
que le exige lavar la afrenta del último Mundial.
En ese contexto emergió Benzema como una amenaza constante. Gozó de
una buena ocasión que se estrelló contra David Luiz, un aviso antes del
tanto, que logró en el minuto 54 tras aprovechar un pase de la muerte de
Menez que solo tuvo que empujar a las mallas.
Su duodécimo tanto en la selección le marcó como el estilete del
ataque 'bleu' y el madridista pudo agrandar la marca de no encontrarse
con un inspirado Julio César.
El guardameta milanista le sacó de la línea de gol un gran remate de
cabeza y una ocasión más cuando el delantero logró controlar un buen
pase en el área.
Todavía se fabricó alguna más, pero era suficiente para el francés,
que marcó de forma decisiva un partido que prometía más de lo que
mostró.