Aaron Rodgers y Clay Matthews durante la premiación al nuevo Campeón de la NFL, Green Bay (FOTO: AP)
Green Bay tiene un nuevo ídolo: Aaron Rodgers. Coronando una de las
postemporadas más sensacionales para un quarterback, Rodgers condujo
este domingo a los Packers a su primer campeonato de la NFL en 14 años
al vencer 31-25 a los Steelers de Pittsburgh.
Los Packers vuelven a ostentar el trofeo Vince Lombardi, uno que lleva
el nombre del legendario entrenador que les dio los dos primeros
cetros.
Rodgers, el Jugador Más Valioso del partido, hizo vibrar a los
aficionados de los Packers con una espectacular racha triunfante de seis
partidos que sin duda alguna enterrará los últimos vestigios de la
amargura provocada por la salida de Brett Favre en Green Bay.
Ya igualó a Favre en títulos y de paso estiró a 13 el récord de
títulos de los Packers en la NFL, nueve antes de la era del Super Bowl.
"Es lo que soñaba cuando de niño veía a Joe Montana y Steve Young," declaró Rodgers. "Hemos ganado un Super Bowl".
El mariscal de campo de los Packers completó tres pases de touchdown,
dos a Greg Jennings, y los Packers (14-6) salieron adelante tras más
lesiones, sacaron una ventaja 21-3 y luego aguantaron para convertirse
en el segundo equipo con la sexta preclasificación que se consagra. Por
coincidencia de la vida, los Steelers de 2005 fueron los otros.
Pittsburgh estuvo abajo 21-3 poco antes del descanso, pero con una
gran actuación de su quarterback Ben Roethlisberger se acercó 28-25 al
promediar el cuarto periodo con un pase de touchdown y sumar dos puntos
en la conversión.
Roethlisberger tuvo otra oportunidad. Forzado a avanzar 87 yardas con
1:50 por jugar, el mariscal no logró traspasar el balón del mediocampo.
Luego que los Packers agotaron los últimos segundos, Rodgers
—consagrado como el Jugador Más Valioso del partido— se apoderó del
balón y empezó a saltar de alegría. Bajo una lluvia de confeti y
serpentinas doradas, se fundió en un abrazo con su compañero Clay
Matthews Jr. en el centro de la cancha del estadio en el norte de Texas.
"Este es un día fabuloso para ser fabulosos", dijo Jennings.
"Hemos sido un equipo que todo el año logró superar adversidades",
añadió. "Nuestra capitán se lesiona, con la voz quebrantada en el
vestuario. Nuestro principal adversario se lesiona, muchas emociones en
el vestuario. Pero supimos encontrar la forma de inspirarnos en eso para
emplearlo en el campo".
"Vince Lombardi regresa a Green Bay", dijo el comisionado de la NFL Roger Goodell al entregar el trofeo al equipo.
Esta fue apenas la segunda vez que Pittsburgh sucumbe en un Super
Bowl. Los Steelers se mantienen como el equipo más laureado con seis y
comparten el récord de más presentaciones con ocho.
Green Bay dominó la primera mitad, en la que Rodgers lanzó dos pases de touchdown.
Bisoños en este tipo de citas, los campeones de la Conferencia Nacional arrancaron a todo vapor.
Se suponía que Pittsburgh era el equipo de la experiencia —su tercera
presencia en seis años— pero su primer tiempo estuvo marrado por
lesiones y descuidos con el balón. Muy bien se hubiesen puesto a
lamentarse con la cantante Christina Aguilera, quien se equivocó con la
letra al entonar el himno nacional.
Green Bay sacó ventaja 14-0 con touchdowns en jugadas sucesivas: un
touchdown de 29 yardas gracias a la atrapada de Jordy Nelson y luego un
pase interceptado de Nick Collins.
Rodgers aumentó la diferencia 21-3 al conectar un pase de 21 yardas a
Greg Jennings. El ovoide pasó zumbando cerca del safety Ryan Clark.
Jennings hizo ver fácil un exigida atrapada. Esa ofensiva se propició
tras una intercepción de Jarret Bush en el medio del campo.
Roethlisberger fue de menos a más.
Luego del touchdown de Jennings, Roethlisberger orquestó una ofensiva
desde bien atrás de su territorio, que incluyó un pase de 37 yardas a
Antwaan Randle El. Pittsburgh culminó una avance de 77 yardas con siete
jugadas con un pase de touchdown de ocho yardas atrapado por Hines Ward.
Las lesiones afectaron a ambos.
Los Steelers sufrieron las bajas del tackle derecho Flozell Adams
(hombro), el cornerback Bryant McFadden (cadera) y el receptor Emmanuel
Sanders (pie) por golpes. McFadden y Adams reaparecieron posteriormente.
En Green Bay, su receptor Donald Driver salió con un golpe en el
tobillo y su cornerback Charles Woodson quedó fuera al fracturarse la
clavícula izquierda.
La concurrencia de 91.060 espectadores que pagaron entrada o 103.219
al sumar a los "acreditados". Pero se quedó corta del récord.
El primer Super Bowl en el Estadio de los Cowboys, una impresionante
estructura que costó 1.200 millones de dólares, coronó una semana con un
clima de nieve y frío que provocó toda clase de inconvenientes.
Las cosas tampoco salieron a pedir de boca el día del partido, ya que
se declaró insegura una zona de butacas temporales. Aproximadamente
1.250 aficionados fueron cambiados de lugar: 400 a quienes no se les
permitió permanecer dentro del estadio y 850 que fueron colocados en
otro sitio dentro del mismo.
Varios famosos y políticos concrrieron. Estaba el ex presidente George
W. Bush y el jugador de béisbol Alex Rodríguez, a quien se le vio
cuando la actriz Cameron Díaz le daba palomitas de maíz.
Como siempre, fue un derroche de espectáculo que coronó una temporada
en el que la liga alcanzó nuevas cumbres de popularidad, pese a una
serie de tribulaciones fuera de la cancha. Ahora se abre el compás a la
incertidumbre ante la amenaza de una paralización debido a que los
dueños de equipos y los jugadores no se han puesto de acuerdo en torno a
un nuevo contrato colectivo.