Cristiano no se rinde
El Real Madrid volvió a la realidad de la Liga, una realidad muy distinta de la que se le atragantó en el Camp Nou. Aunque el Valencia no se lo puso fácil. Le hizo sufrir, como hizo sufrir al Barça, pero acabó cediendo ante el recurso preferido del Madrid: recuperación y contra. Ambas las culminó Cristiano Ronaldo, que decidió un partido en el que Vicente Guaita le estaba negando los focos y que cambió a raíz de la expulsión de Albelda.
El partido tumbaba al Madrid en un diván con púas. Venía de recibir cinco del Barcelona y el Bernabéu no derrocha precisamente paciencia con los suyos, incluso en situaciones objetivamente mejores. Además, Mourinho decidió hacer lo que se quedó con ganas de hacer el lunes: jugar con tres en el medio. Emery contribuyó a espesar el guiso con un once acorazado: tres centrales y el doble pivote de rigor.
Mourinho también dejó a Benzema en el banco. Si no fue un mensaje, lo pareció. "Quiero un delantero". En realidad, lo necesita, y como el comer. Sin un referente claro arriba, el Madrid firmó un primer tiempo plano, sin fútbol ni ideas. El Valencia tapó a Xabi, y Lass y Khedira no bastan. Más bien sobran, al menos uno de los dos.
En varios aspectos, el partido supuso una vuelta al pasado para el Madrid. Casillas volvió a tener mucho trabajo, y a resolverlo con brillantez. Por delante, Albiol fue de largo el mejor de una defensa que sufrió ante los Mata, Soldado, Joaquín y Tino Costa. Con todo, las grandes ocasiones fueron para los locales: una llegada de Khedira que el alemán no supo resolver como el jugador 'box to box' que algunos ven, y una espuela de Cristiano que se fue a la madera.
En el segundo tiempo llegó el recital de Guaita. El joven meta del Valencia, que había dejado un par de manos blandas en el primer tiempo, fue un muro tras la pausa. Cristiano, Di María, Benzema… El Bernabéu empezaba a desesperarse cuando Albelda vio una segunda amarilla que llegó con retraso y destinatario equivocado. Debió ser para Bruno, pero se la llevó el capitán, que se agarró un globo de los que hacen época, y con razón. Él no tocó el balón con la mano.
Con más espacios -y el dibujo de toda la temporada- el Madrid encontró los pasillos. A la contra, el hábitat ideal para Cristiano, que llegó por la izquierda para convertir una asistencia de Özil y por la derecha para guisárselo y comérselo ante la nula colaboración (más bien todo lo contrario) de Lass Diarra. Entre los goles, Joaquín acabó de dejarse los pulmones en el Bernabéu y Casillas abortó una doble ocasión del gaditano y Tino Costa. Mou abrochó el partido recuperando el trivote y el Madrid aseguró tres puntos que le alivian tras una semana que comenzó con un cataclismo. No acaba con subidón, pero hay momentos en que lo primero es frenar la hemorragia.
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