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El Barcelona obtuvo el liderato del grupo D de la Liga de Campeones tras ganar por 2-0 al Copenhague, pero jugó con fuego ante un rival que si bien en la primera parte estuvo a merced del conjunto catalán, en la segunda pudo haber sacado tajada del choque.
El Barcelona tuvo un plácido primer tiempo, en el que sólo se sintió inquietado cuando el brasileño César Santín pudo haber iniciado una jugada de gol pero incomprensiblemente pensó que era fuera de juego y abandonó el balón ante la sorpresa de los barcelonistas. Stale Solbakken, su técnico, se lo quería comer desde la banda.
Al margen de esta clara acción, el portero José Manuel Pinto, que jugó en lugar del indispuesto Víctor Valdes, no tuvo problema alguno y cuajó un aceptable partido, igual que el argentino Javier Mascherano, cada vez más seguro en el eje barcelonista, donde se movió con soltura y tranquilidad, al sustituir a Xavi Hernández, también baja por unas molestias. El Barcelona pronto pudo decantar el partido cuando en el minuto 5 Villa envió el balón al travesaño, tras una excelente jugada del argentino Leo Messi. Era el quinto remate al palo del internacion al español esta temporada. El brasileño Maxwell poco después también tuvo una gran ocasión, pero el meta le sacó el balón en la línea de gol.
El Barcelona era poderoso con el control del balón y lo movió con autoridad, a pesar de que el Copenhague mostró unas grandes cualidades para cerrar todos los espacios y empujar lo máximo fuera de su área donde cada vez que entraba el balón se olía el gol.
Este llegó en el minuto 20, tras una veloz combinación entre Piqué, Iniesta y Messi, quien recogió el balón en la frontal y marcó de fuerte disparo (1-0). Cinco minutos después el equipo danés tuvo su oportunidad, pero Santin creyó estar en fuera de juego y no disputó el balón cuando éste le había caído franco para iniciar un mano a mano con Pinto. Hasta el final de la primera parte, al Barcelona se le anularon correctamente tres tantos (dos a Messi y uno a Villa) y dispuso de numerosas ocasiones de gol, pero con acierto muy limitado a pesar de las claras oportunidades de incrementar la mínima ventaja por el tanto de Messi. En el segundo tiempo el Barcelona se expuso en exceso, especialmente por un juego que cayó en picado, falto de chispa y de contundencia, con excesivo toque en el centro del campo y sin profundidad.
Villa volvió a tener una nueva clara ocasión de marcar, pero el desacierto del ariete azulgrana le impidió dar a su equipo el gol que tanto estuvo buscando. La ausencia de contundencia en el Barcelona la aprovechó el Copenhague, que empezó a crecerse y a creerse que podía sacar algo más positivo del Camp Nou que una derrota mínima. La jugada que inspiró este estado de ánimo fue un error que cometió Puyol en el marcaje y que habilitó a Dame N'Doye, quien se sacó un durísimo disparo desde la frontal que rechazó el travesaño. En la continuación, Santin incomprensiblemente envió fuera un remate de cabeza cuando el gol estaba cantado, ya que la portería estaba vacía. Después de que Villa malograse una tercera oportunidad clara, El brasileño Dani Alves desbarató una nueva oportunidad de los daneses, esta vez del costarricense Cristian Bolaños, que a punto estuvo de marcar.
Kvist vio avanzado a Pinto y le intentó enviar un globo que el portero neutralizó sacando el balón por alto. El Barcelona jugaba con fuego hasta que Xavi entró en el campo y su equipo lo agradeció; llegó un palo de Alves y el segundo tanto de Messi, en la última acción del partido.