El Atlético agarra las semifinales
El Atlético está dispuesto a ser el PSV Eindhoven del año 88, temporada en la que el equipo holandés se proclamó campeón de Europa sin ganar ningún partido desde cuartos de final. Los de Quique ya están en las semifinales de la Europa League, competición en la que han superado tres rondas ganando un solo encuentro. Frente al Valencia dominó durante ochenta minutos y sufrió durante diez. Incluso encontró la condescendencia arbitral a falta de cinco minutos para el final del partido. Un centro desde la izquierda lo buscó Zigic con sus más de 200 centímetros y allá acudió Juanito para frenarle con todo. El único método que encontró fue el agarrón más claro del año. Zigic terminó con la camiseta destrozada, incrédulo ante la decisión del colegiado de no señalar penalti.
Antes de los últimos diez minutos, en los que el Valencia estuvo cerca o muy cerca del gol en cuatro o cinco ocasiones, se vio un partido pesadote, en los que las delanteras amagaban pero no daban. Estuvo mejor el Atlético, que sufrió poco en defensa hasta que el fuelle le aguantó. Estuvieron notables los cuatro de la zaga rojiblanca y Raúl García se encargó de que la gente no se acordara demasiado de Tiago. Al Atlético le fallaron las alas, Simao y Reyes, que casi nunca desbordaron. El sevillano tuvo que ser sustituido al descanso porque andaba más cerca de la expulsión que de desequilibrar el partido.
Enfrente, Emery optó por una solución extraña. Con David Navarro aún tocado, puso una línea defensiva de cinco hombres, con Pablo Hernández como carrilero derecho y Jordi Alba por el costado izquierdo. Maduro, Alexis y Fernandes jugaron en el centro de la defensa, con Baraja y Silva por delante. No le fue mal a Emery, pues su equipo sufrió bastante menos que en el choque disputado frente al propio Atlético en el campeonato de Liga. En ataque, eso sí, se echó de menos una mayor presencia de los 'cracks' valencianistas.
Ante tal panorama, no se descartaba que el partido acabara con un empate a cuatro goles o algo parecido, una fiesta de ocasiones como fue en Mestalla. Sin embargo, todo fue al revés. El partido no contó con ningún gol y tampoco se produjo un aluvión de remates sobre De Gea y César, que se vio algo más exigido que su colega rojiblanco. Agüero pudo marcar a los dos minutos y Simao mediada la primera parte. El Valencia llegaba hasta la frontal, donde tocaba bien con sus livianos y excelentes futbolistas, pero Juanito, Domínguez, Ujfalusi y Antonio López aguantaban firmes. Un disparo de Villa al lateral de la red fue lo más potable del Valencia en la primera parte. Los de Emery, eso sí, ya encontraron motivos para el cabreo tras una mano de Domínguez que pudo ser penalti y una entrada de Reyes que pudo suponer la segunda amarilla para el sevillano.
En el segundo acto, el Atlético entró más enchufado. El empate a cero le clasificaba pero también le incomodaba, así que salió decidido a ver más de cerca a César, y lo hizo. Perdonó Forlán, que quiso definir como Messi ante Almunia y la pelota se le marchó por medio metro. Perdonó después Ujfalusi tras una buena jugada de Agüero, y salvaron entre César y el palo un disparo de Forlán con veneno, ya cuando el Valencia había cambiado el dibujo y el Atlético encontraba espacios. A pesar de todo, el Atlético no hizo diana y entró en el último tramo a un gol de ser eliminado. Ya se sabe, los fantasmas y todo eso.
El Valencia necesitaba algo que cambiara el choque y ese elemento estaba en el banquillo. Desde que salió Zigic, el Atlético sufrió un calvario. Cada centro al área sembró pánico. El serbio peinó, tocó y remató casi todo lo que llegó. Un gran pase de Pablo Hernández lo estrelló Villa en el larguero y ahí comenzó el sufrimiento rojiblanco. De Gea, el último héroe colchonero, hizo dos paradones ante dos cabezazos de Zigic y David Navarro. A continuación, Juanito se quedó con un buen trozo de la camiseta del serbio, pero Florian Meyer se hizo el longuis. Lo siguió intentando el Valencia, con el Atlético asfixiado, roto, pero aguantando en pie. Volvió a no ganar, pero también a no perder. Así está en las semifinales de la Europa League, con el Calderón disfrutando como hacía tiempo no se veía. El Valencia, por su parte, se fue reclamando a Meyer. Las dos caras de la moneda.
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