Qué tremendamente injusto es el fútbol. Siendo superiores volvemos a pecar otra vez del mismo mal que nos costó perder el último partido de liga contra la Juventus: nos meten gol temprano y a defender, y lo peor es que las dos veces le salió bien al rival. Ahora ya vamos al Metropolitano con toda la presión encima y a sabiendas de que lo tenemos muy muy difícil para alcanzar esa ansiada final.
En cierto modo no me está mal, por apostarlo todo a este partido. Debí haber sido menos obsesivo y haber seguido haciendo las rotaciones normal, sin darle más importancia al partido de la que tenía. Porque ahora, lo aposté todo a este partido y no sólo lo perdí, sino que también me costó perder el de liga. Ambas derrotas son reversibles, pero no lo veo nada claro.
En fin, felicidades a los ganadores...