Paliza histórica del Barça a un inexistente Madrid
7-1. Ese fue el récord favorable al Barça en los ocho enfrentamientos contra el Madrid en la campaña pasada. Según lo visto en la semifinal de la Supercopa, mucho tendrán que cambiar las cosas para que ese registro no se parezca bastante, se repita o (incluso) se amplíe si es que ambos equipos llegan a verse las caras en tantas ocasiones.
Cierto que Messina cuenta con cinco novedades que acoplar a su esquema. Es verdad, además, que Pascual mantiene el mismo bloque, con el único fichaje de Perovic, lo que garantiza seguridad y efectividad. Más en el seno de una plantilla que se entiende con los ojos cerrados.
La altura de la temporada, dando sus primeros pasos, también juega a favor del técnico italiano, que tiene tiempo para acoplar todas sus piezas de la forma oportuna. Pero el primer movimiento ha resultado nefasto. Es más, se ha traducido en la más abultada derrota del Madrid a manos de su eterno rival en toda su historia. Huelga decir que trabajo tiene para hartarse. Su homólogo culé, en cambio, sólo necesita acometer mínimos retoques (si acaso).
Todo un equipazo
En este tipo de choques, desequilibrados en cuanto el tiempo empieza a ser argumento sobre el que construir notables diferencias, resulta un tanto ilógico hablar de parciales decisivos (porque no los hubo) o de acciones claves, que siempre cayeron del mismo lado, perdiendo por tanto ese definitivo calificativo.
Pero añadamos algunos datos: el empate a seis fue lo más cerca que estuvo el Madrid de ser un equipo competitivo. Ya en el primer cuarto, Messina había revuelto el banquillo de manera desesperada. 26-15 fue el resultado tras los primeros diez minutos, con un triple de Morris (el mejor de la noche con 16 puntos) para culminar.
Con un 33-17 al arrancar el segundo periodo, el italiano pidió tiempo muerto, que se preveía (y así fue) insuficiente. Pocas veces un minuto de indicaciones basta para despertar tanto de forma colectiva como individual a un conjunto que se sabe inferior desde el segundo uno y que así lo demuestra en la pista.
45-29 al descanso, pese a los ocho puntos consecutivos de Tucker, el más destacado (por decir algo), en los blancos. Tras la reanudación, más de lo mismo, con el aliciente añadido de la inspiración culé. Ahí surgieron Ricky ('habemus' recuperación; 13 puntos) y Morris, infalible desde el remodelado arco del triple. Porque, esa es otra, al campeón de Europa no le afectó lo más mínimo la nueva distancia para los tiros de tres. Pareció asumirla con total naturalidad, la misma que halla su origen en la calidad de sus jugadores.
74-34. Resultado típico de categorías inferiores, donde es habitual que dos equipos de nivel muy desigual protagonicen un envite sin historia. Suele ser así. Pero ese resultado lo reflejó el marcador del Buesa Arena en el minuto 29, jugando el Real Madrid (el conjunto más laureado de Europa, recordemos) y el Barça (merecido dueño del cetro continental). Quien haya echado mano de la cámara de fotos en ese instante, posee un tesoro baloncestístico ¿irrepetible?
Las razones de la hecatombe
Hay muchas, como era de esperar. La principal se encuentra en que Pascual mantiene a los suyos en la misma cota de exigencia que tantos éxitos les deparó la campaña pasada. A saber: todo empieza en la defensa, donde priman las ayudas, las rápidas recuperaciones de posición cuando hay cambios de marcaje y la bestial protección de la zona. Perovic ayuda a sumar más centímetros a los que ya había. El Madrid quedó avisado desde el pitido inicial.
Seguimos. Si Prigioni empieza (y acaba) desquiciado el partido, el timón de Messina no encuentra dueño ya que a Sergio aún le queda camino por retroceder tras su aventura americana. El juego interior merengue (era previsible pero nunca imaginado de forma tan evidente) siempre anduvo a rebufo de los pivots azulgranas: débiles en el rebote y subordinados al poderío físico y los enormes recursos del rival.
Y acabamos (porque en algún punto hay que hacerlo): desde el perímetro no llegó ningún tipo de solución, si en algún momento se buscó dentro de la coherencia. Llull saltó y abandonó la pista perdido para la causa, Velickovic sólo amagó en los compases iniciales y a Suárez no se le puede pedir mucho (aún).
Se pueden extraer muchas conclusiones de todo lo visto en Vitoria. Pero quizás sería más fácil echar la vista atrás y repasar alguno de los muchos choques que el año pasado disputaron culés y blancos. ¿Se acuerdan? Pues elévenlo al cuadrado, hallarán la forma por la que el supercampeón está ya más cerca de revalidar su título y dibujarán el peor Madrid que se recuerda.
Marca.com
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ACTUAL MÁNAGER DE LA JUVENTUS MIS NÚMEROS:
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T01-T02
Arsenal - PJ: 50 PG: 33 PE: 7 PP: 10 GF: 120 GC: 59 %V: 66%
T03-T04
Manchester United - PJ: 49 PG: 24 PE: 8 PP: 17 GF: 86 GC: 71 %V: 49%
T05-T05 (sun) Sunderland - PJ: 24 PG: 9 PE: 7 PP: 8 GF: 45 GC: 40 %V: 38%
T06-T08
PSG - PJ: 121 PG: 70 PE: 31 PP: 20 GF: 258 GC: 149 %V: 58%
T01-T05
Inglaterra - PJ: 26 PG: 15 PE: 6 PP: 5 GF: 51 GC: 29 %V: 58%
T06-T07
Portugal - PJ: 42 PG: 22 PE: 12 PP: 8 GF: 99 GC: 50 %V: 52%
T21-T21
Suecia - PJ: 4 PG: 2 PE: 0 PP: 2 GF: 7 GC: 4 %V: 50%