México se quedó a dos minutos de ser abucheado esta noche en el Estadio Universitario. La victoria obtenida contra Colombia, es eso, un triunfo que se va a la estadística, pero que en lo futbolístico se puede rescatar muy poco.
Elías Hernández rompió un tedió total de 88 minutos de juego que sólo tuvo tres momentos de emoción: El palo de Giovani dos Santos en el primer tiempo, que pudo haber cambiado la cara de un juego, el tanto de Elías Hernández y un disparo al poste, en los minutos finales, de Hugo Rodallega, que pudo haber significado el empate entre ambas selecciones.
La realidad es que el Tri tiene mucho por mejorar. En dos partidos bajo la dirección de Efraín Flores sólo recogió abucheos en Guadalajara, por la derrota ante Ecuador, y una magra satisfacción en Monterrey por la victoria, pero sin argumentos para que la afición saliera del estadio completamente feliz.
La afición en general tiene poco que celebrar. Los dos juegos de México en fecha FIFA sólo dan para pegar de gritos, pero de frustración, porque no se vio ni equipo y tampoco individualidades, que pudieran sacar rentabilidad a las concentración del equipo con todas las figuras del exterior, gracias a ser fechas FIFA.
La afición de Monterrey esperaba mucho. La revancha de México tras la derrota ante Ecuador hacían pensar que habría goles y futbol, pero no fue así lastimosamente se combinaron la poca profundidad de México y también que Colombia se encerró en su campo, a la espera de una oportunidad idónea para dar un latigazo que definiera el partido.
Efraín Flores a quien seguramente se le redujeron sus opciones de dirigir a México, cambió su dibujo táctico, comparado con Ecuador, de un 3-4-3 a un 4-4-1-1 que ofrecía opciones en el ataque, pero que encontró muy poca respuesta en el punta, Chicharito Hernández, que pasó inadvertido en todo el juego. El Tri dominó a placer a Colombia que ofreció menos que Ecuador. Los cafeteros en realidad sólo tuvieron una llegada realmente peligrosa en el arco rival, que Rafael Márquez se encargó de frustar con un claro penalti al derribar a Radamel Falcao, pero el silbante dejó correr la jugada.
Un minuto después (25`) , el propio Giovani estrelló un tiro en el larguero, pero más allá de esa peligrosa acción el resto del juego, incluida la segunda parte, se convirtió en una auténtico somnífero, pues el encuentro se jugó de un solo lado, pro exhibiendo las serias carencias en profundidad del equipo nacional, que llegó, pero sin ideas para romper el cerco defensivo de los sudamericanos.
Todo indicaba que el partido terminaría empatado a cero goles, pero a dos minutos del final y de que seguramente la crítica fuera más feroz, Esqueda cobró un tiro libre que rebotó en David Ospina y en el rebote Elías Hernández concretara el tanto que le dio el triunfo a México y al propio Efraín Flores que aún con la victoria, deja mucho que desear individualmente en los dos partidos. Se destaca sólo el debut del jovencito Ríos, pero ninguno de la legión extranjera, en específico, Carlos Vela, que entró en los minutos finales, puede irse contento a sus respectivas ligas.