Es muy difícil creerle al que diga que vio esto venir, al que asegure que esta selección del criticado Juan Verzeri, talentosa pero de bajo nivel futbolístico, podía devolver a Uruguay a la final de una Copa del Mundo. Difícil de creer para periodistas e hinchas, pero ahora todos somos creyentes.
Un equipo con sacrificio, corazón, entrega, talento individual y juego en conjunto conquistó al país futbolero y devolvió a la gloriosa casaca celeste, tan hambrienta de éxitos internacionales, a una final Mundial.
Esta misma generación jugó la última, en México 2011, cuando todavía eran Sub 17, y ahora volverá a probar suerte. Será el sábado ante Francia en Estambul, a las 15 horas de nuestro país.
Para llegar a ese choque, Uruguay debió hacer lo que el destino siempre parece reservarle: sufrir. Y mucho.
Los celestes comenzaron mejor en Trebzon ante Irak, con Sebastián Cristóforo en gran forma, pero desperdiciaron chances claras, como una de Nicolás López, que salvó el muy buen arquero Mohammed Hameed y otra de Giorgian de Arrascaeta, que definió débil.
Irak a esa altura mostraba sus armas velocidad, remate a distancia y un excepcional lateral izquierdo llamado Ali Adman. Fue él quien quebró a De Amores, el arquero menos vencido del certamen, con un tiro libre fantástico desde la banda derecha. Iban 33 minutos y Uruguay caía en desventaja.
Los celestes buscaron todas las opciones posibles para lograr el empate y Verzeri, aunque demoró quizás el ingreso de Felipe Avenatti, no ahorró en cambios: Rolan ingresó al entretiempo y Bueno lo hizo a los 64 minutos.
El travesaño le negó el gol de cabeza a Bueno en un córner desde la izquierda, pero el delantero tricolor no se dio por vencido. Minutos más tarde armó la jugada del gol: la inició, combinó con Rolan y Avenatti -quien le bajó el balón de cabeza- y venció con un zurdazo cruzado al bueno de Hameed. Fue el 1-1 a los 87 minutos.
El suplementario fue un sufrimiento para ambos equipos, con el cansancio haciendo mella. Uruguay tuvo sus chances -López desperdició un mano a mano- e Irak las suyas, con De Amores brillando en un remate lejano de Adman y luego quedando a medio camino en un córner que Mohanad no pudo aprovechar.
Así llegaron los penales, los tan temidos penales, y el peor comienzo para los celestes con el tiro fallado por Gianni Rodríguez. Sin embargo, Irak marró inmediatamente y la igualdad se mantuvo a base de notable técnica de ambos equipos hasta el octavo lanzamiento, donde Said la envió lejos, alta, por sobre el travesaño.
Uruguay vuelve a la final de la Copa del Mundo, la primera desde 2011 en cualquier categoría y la segunda en Sub 20. La anterior perteneció a otra generación, la de Malasia 1997, con mucho más cartel que la actual. Su destino, sin embargo, fue la de ser subcampeón. Esta generación, que ha ganado fieles partido a partido, buscará una suerte diferente.
Uruguay 1 - Irak 1 (7-6 en penales)
Estadio: Hüseyin Avni Aker (Trabzon)
Juez: Jonas Eriksson (Suecia)
URUGUAY: Guillermo de Amores, Guillermo Varela, José Giménez, Gastón Silva, Gianni Rodríguez; Leonardo País, Sebastián Cristóforo, Federico Gino (64' Gonzalo Bueno), Diego Laxalt (46' Diego Rolan); Giorgian de Arrascaeta (80' Felipe Avenatti); Nicolás López. DT: Juan Verzeri.
IRAK: Mohammed Hameed, Ali Adnan, Ali Faez, Mohammed Jabbar Arebat (91' Ihab), Mustafa Nadhim, Mahdi Kamil, Saif Salman, Human Tareq, Ali Qasim (80' Suad Natiq), Farhan Shakor (84' M. Jabbar Shwkan) y Mohanad Abdulraheem. DT: Hakeem Al-Azzawi.
Gol: 33' Ali Adnan (IRK); 87' Bueno (URU).
Penales: Rodríguez (atajado), Alí F. (palo); País (1-0), Mohammed (1-1), Avenatti (2-1), Ibah (2-2), Bueno (3-2), Humam (3-3), López (4-3), Adnan (4-4), Rolan (5-4), Mohanad (5-5), Giménez (6-5), Khamil (6-6), Silva (7-6), Said (afuera).
Amarilla: Jabbar Arebat (IRK), Suad Natiq (IRK), Ali Qasim (IRK), Adnan (IRK), Avenatti (URU) y Bueno (URU).