El Sevilla le chafa el 'Plan B' a GuardiolaQue el Barça es mucho Barça, es una aseveración que no admite discusión, pero si a un equipo, sea el que sea, le quitas ocho 'estampitas' del once de gala, su rendimiento se resiente, por mucho que uno confíe en la cantera. Quizás Guardiola no tenía otra opción o quizás el técnico azulgrana se la jugó a sabiendas de que era mejor que sus internacionales españoles llegasen bien descansados de cara a una temporada que promete ser de alto voltaje, con Mou en el banquillo del eterno rival, aunque se pusiera en peligro la consecución del primer título de la campaña. Vaya usted a saber, pero lo único cierto es que Pep arriesgó y se dio de bruces con la realidad en cuanto el Sevilla engrasó la máquina en la segunda mitad.
Porque el famoso plan alternativo del Barça, el 'Plan B' de toda la vida, funcionó a la perfección en una primera mitad de claro color azulgrana. Con los canteranos asumiendo galones -gran trabajo de Sergi Gómez cubriendo a Luis Fabiano- y el Sevilla encorsetado por los miedos atávicos que paralizan a cualquier rival ensimismado que se enfrenta al Barça, los chicos y hombres de Guardiola dominaban el partido sin demasiados apuros.
Bojan dio un primer aviso tras un gran pase de Ibra que el ilerdense desperdició ante la presta salida de Palop y Navas casi marca en la siguiente jugada con un disparo raso y cruzado que Miño desvió con seguridad, dos acciones que precedieron al tanto del sueco, un golazo marca de la casa. Maxwell que hacía de Xavi e Ibrahimovic que remataba a las mallas de primera colándose entre los centrales sevillistas.
El partido se le ponía de dulce a Guardiola y los suyos, porque el Sevilla casi no daba señales de vida, asfixiado por la presión azulgrana. Un Sevilla que, todo sea dicho, había salido con un solo punta en casa y ante un rival muy mermado. Pudo empatar Romaric en su única jugada reseñable del encuentro, pero el marfileño centró cuando lo más fácil, y lógico, era probar fortuna rematando a puerta. Y pudo llegar el 0-2 tras una acción brillante de Jonathan que Maxwell, muy activo toda la noche, culminó sin puntería.
Un cabezazo de Renato que Alves desvió a córner y un balón rifado que se paseó por el área barcelonista tras tocar Escudé en el primer palo, en el saque de esquina subsiguiente, fue lo único reseñable antes de que Muñiz decretase el merecido descanso en una agradable noche hispalense. El 'Plan B', de momento, funcionaba como un reloj suizo.
La segunda mitad, demoledora para los intereses del Barça, comenzó curiosamente con una nueva ocasión culé. Nuevo centro de Maxwell y sombrerazo de Ibrahimovic a Escudé que se quedaba en susto mayúsculo para la animosa grada nervionense, pues Fazio acudía al rescate enviando la pelota a córner. El sueco, que dejaba poco después su sitio a Messi, contestó sobre el terreno de juego a los que abogan por su traspaso al fútbol inglés.
Mejor con Cigarini
Pero el Sevilla había mejorado con la entrada de Cigarini -y la salida de Romaric- y poco a poco iba poniendo cerco a la meta de Miño. El joven cancerbero culé hizo la parada de la noche a un cabezazo a bocajarro de Renato, pero poco pudo hacer en la siguiente acometida rival. Pase en profundidad de Cigarini y Luis Fabiano que batía a Miño con un remate raso y cruzado que se colaba entre las piernas del portero blaugrana.
Álvarez siguió moviendo fichas con acierto y dio entrada a Negredo y Kanouté. El Barça dio un nuevo susto con un remate fallido de espuela de Messi y un tiro alto de Bojan, pero el Sevilla se la había subido definitivamente a las barbas. Hasta tal punto, que llegaron dos tantos más del conjunto rojiblanco.
En el primero, precioso centro con el exterior de Negredo y certero remate del de siempre, del que nunca falla en las finales, Frederic Kanouté. En el segundo, taconazo de Navas, centro de Perotti y cabezazo casi a placer del gigante de Mali. El Sevilla había dado la vuelta al partido y, de paso, dinamitado el 'Plan B' del Barça.
En pleno éxtasis hispalense llegó una internada prodigiosa de Perotti en la que el balón acabó besando el lateral de la red, aunque los últimos minutos fueron de color visitante. Fue el canto del cisne de un Barça que intentaba redimirse con un segundo tanto que pusiera las cosas más fáciles para el duelo de vuelta, pero ni Messi vio puerta ni Palop se dejó sorprender por un lejano pero potente remate de Keita.
Así se acabó el partido, con el Sevilla guardando la ropa y los de Guardiola pensando en el exigente trabajo que les aguarda dentro de una semana en el Camp Nou. Por cierto, Jesús Navas, que también estuvo en Sudáfrica y en México, jugó los 90 minutos. Él se incorporó a la concentración del Sevilla una semana antes que los internacionales españoles del Barça a la suya. Que cada no saque sus conclusiones.
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