Kaká es como el Ave Fénix. Cuando parece que está acabado, vuelve a resurgir de sus cenizas y deja un buen partido para volver a alimentar el debate sobre si volverá a ser aquel futbolista que ganó un Balón de Oro. Lo malo para él es que tan pronto brilla como vuelve a dejar dudas en el siguiente encuentro. El enésimo renacimiento de Kaká ha llegado justo antes de la Champions, un tren que no quiere perder.
El brasileño dejó una magnífica primera parte ante el Racing donde demostró sus ganas por agradar al público del Santiago Bernabéu y a su entrenador, José Mourinho. Ejemplo de esto fue su papel en el primer gol de Cristiano Ronaldo. Entró en el área, encaró, chutó y después peleó el rechace de Toño para asistir con la cabeza a Cristiano Ronaldo.
Además, Kaká ofreció el desborde en carrera que le llevó a ser considerado el mejor futbolista del mundo cuando defendía la camiseta del Milan. Tanto en la banda derecha como cayendo en la izquierda, el 8 del Real Madrid fue una pesadilla para la defensa del Racing, sobre todo para Álvaro, que tuvo que pararle con brusquedad en más de una ocasión. Por si fuera poco, se aplicó en labores defensivas, sobre todo en la presión a los defensas cántabros para que no pudieran sacar jugado el balón.
Habrá que ver ahora si Mourinho sigue apostado por Kaká para la Champions, donde el Real Madrid se enfrentará al CSKA de Moscú el martes 21 de febrero en un campo de césped artificial. Sin embargo, en contra del sudamericano juega la recuperación del argentino Ángel Di María, uno que siempre destaca cuando está en el campo y que ha salido de una lesión para dejar un golazo ante los cántabros.