El Liverpool recupera el espíritu de su gloria

El Liverpool puso fin a una sequía de títulos, que ya duraba seis años, con la conquista de la Carling Cup. Se impuso en la final de Wembley al Cardiff, de Segunda división, desde el punto de penalti después de que el resultado al final del tiempo reglamentario fuese 2-2.

La gloria cuesta alcanzarla. El Liverpool se la ha ganado con su legendaria historia construida con un excelso palmarés. Pero en el fútbol no se vive de recuerdos. El último título celebrado en Merseyside se remontaba a 2006 con una FA Cup. Demasiado tiempo sin ganar para un grande de Europa. Pone fin a su sequía con una Carling Cup, un título situado detrás de la Premier y de la FA Cup. Pero no deja de ser un título.

Al aficionado del Liverpool le hubiese gustado conseguirlo con un menor sufrimiento. Pero es cierto que este tipo de victorias con tanta agonía saben mejor porque se descarga mayor dosis de adrenalina. El Cardiff acarició el título. Rozó una machada que hubiese sido muy recordada. Los seguidores galeses pueden sentirse orgullosos de su equipo. Jugaron una final muy digna ante un club de una categoría superior.

Y eso que el principio del duelo no pudo ser más aterrador para el Cardiff. El larguero escupió un latigazo de Johnson desde fuera del área en el primer minuto. El dominio 'red' presagiaba una fácil victoria para los de Anfield. Hasta que el fútbol volvió a demostrar una realidad irrefutable, si perdonas te matan. El primer acercamiento de los galeses con cierto peligro acabó en gol. La defensa del Liverpool puso de su parte para que eso ocurriese. Miller desnudó la defensa 'red' con un pase a la espalda para la definición de Mason colando la pelota por debajo de las piernas de Reina.

A partir de ese momento, el partido fue un monólogo de color rojo. El Liverpool atacó sin respiro ante un Cardiff con el mono de trabajo en la línea defensiva. Carroll sacó todo su manual de remates sin encontrar nunca el premio del gol. Downing se comió la banda sin descanso, pero las estrellas del Liverpool no brillaron. Gerrard y Luis Suárez no demostraron todas sus cualidades y su equipo lo notó.

La insistencia del Liverpool tuvo premio
Al descanso se llegó con sorpresa mayúscula en el marcador, pero el Liverpool pronto lo corrigió. Con un acoso y derribo sobre el área galesa el gol era cuestión de tiempo. Los disparos lejanos fueron repelidos por un acertado Heaton. El Liverpool recurrió a las jugadas a balón parado. El constante goteo de saques de esquina encontró las tablas en un balón que Carroll prolongó, Luis Suárez estrelló en el poste y Skrtel cazó para enviarlo a la red.

El tiempo fue pasando y el Liverpool confió demasiado en que la victoria llegaría por inercia. No fue así. El Cardiff se pudo llevar el título en un remate que Miller mandó al limbo en los últimos minutos. El Liverpool se salvó de la hecatombe.

La prorroga arrancó con asedio del Liverpool. Los relevos en el bando 'red' dieron otro aire a su ataque. Fue un hombre de refresco quien cambió el partido. Kuyt hizo el 1-2 en la segunda parte del tiempo extra y el título volaba hacia las vitrinas de Anfield hasta que la fe del Cardiff obró el milagro con un empate en el último minuto de partido. En un córner, el Liverpool no fue contundente y Turner llevó el delirio a 40.000 galeses en las gradas de Londres. Los penaltis llegaron para poner a prueba el corazón de 90.000 almas en Wembley. Los penales fueron crueles con los galeses con un apellido propio: Gerrard. El jugador del Liverpool comenzó la tanda con error y su primo, jugador del Cardiff, falló el último que significó el título para el Liverpool. Los 'reds' recuperan la senda de su gloria. Cardiff llora por una derrota digna pero sin tesoro.

Marca.com

Felicidades al Liverpool! Aunque para mí esta Copa es un título secundario.

Estoy de acuerdo contigo. La afición del Liverpool tiene que seguir estando decepcionada con el rendimiento de su equipo en las últimas temporadas.